MICROBIOMA: El estudio del microbioma humano ha crecido de manera exponencial en la última década, y su importancia en el proceso de salud enfermedad del ser humano se hace cada vez más evidente. Se le ha implicado en múltiples enfermedades autoinmunes, autoinflamatorias, en cáncer, obesidad, síndrome metabólico y riesgo cardiovascular.
La transgresión del microbioma en ocasiones puede ocurrir por el abuso de ciertos fármacos como antibióticos e inhibidores de bomba de protones, entre otros. Reestablecer el equilibrio entre la microbiota y el ser humano debe de ser prioritario para mantener la salud del individuo.
El intestino es un ecosistema complejo en el que interactúan la flora intestinal, la pared celular, el sistema inmunitario intestinal (tejido linfoide asociado al intestino o GALT) y un sistema nervioso articulado que convierten al intestino en nuestro «segundo cerebro».
Una flora bacteriana cuantitativamente y cualitativamente equilibrada (eubiosis) es fundamental para el correcto funcionamiento del tránsito intestinal, porque contribuye a evitar la entrada de microorganismos extraños, favorece la digestión y la asimilación de los nutrientes, estimula el GALT y ayuda a eliminar los metabolitos dañinos y a sintetizar las vitaminas.
La composición de la flora bacteriana puede sufrir alteraciones motivadas por estímulos externos como estrés, cambios en los hábitos alimentarios y uso de antibióticos: en estos casos, el consumo de probióticos, acompañado de una dieta equilibrada, puede ayudar al bienestar general.